Este es nuestro testimonio de fe, amor y el milagro más grande que hemos vivido. Durante años deseamos tener en nuestros brazos a nuestro bebé, pero ese sueño parecía inalcanzable.
Nos enfrentamos a momentos difíciles, a incertidumbres y a largas esperas, pero en todo momento supimos que Dios tenía un plan perfecto para nosotros. Fue entonces que nuestras oraciones nos llevaron a encontrar al Dr. Rodrigo Salguero, un verdadero ángel que Dios puso en nuestro camino para guiarnos en este proceso.
Desde el primer día, supimos que estábamos en manos de alguien que no solo tenía el conocimiento médico, sino también una sensibilidad única para comprender lo que nuestras almas anhelaban. Con su apoyo y su dedicación, emprendimos el proceso de fertilización, siempre confiando en que Dios estaba obrando en nuestras vidas.
Cada etapa fue una prueba de nuestra fe, pero nunca caminamos solos. Sentíamos la presencia de Dios en cada consulta, en cada tratamiento, y en cada paso del camino. Sabíamos que Él estaba preparando el milagro de nuestras vidas. Y ese milagro llegó.
El día que recibimos la noticia de que íbamos a ser padres fue indescriptible. Sabíamos que era la mano de Dios la que nos había dado ese regalo. Nuestro bebé, nuestro pedacito de cielo, es la prueba viviente de que los milagros existen y que, cuando caminamos de la mano de Dios, todo es posible.
Hoy queremos compartir este testimonio para que otras parejas que están pasando por este camino sepan que no están solas. Con fe en Dios y con el apoyo de personas como el Dr. Salguero, los milagros suceden. No dejen de creer, porque nosotros somos testigos de que Dios escucha nuestras oraciones.